Cómo cuidar las monturas para que te duren mucho más tiempo
Como habrás podido comprobar, los cristales de las gafas son los más perjudicados por la suciedad y es de gran importancia limpiarlos bien, pero ¿qué hay de las monturas? No podemos olvidarnos de ellas, ya que forman parte de las gafas y a menudo son la parte más olvidada.
¿Cómo limpiar la montura sin dañar los cristales?
- Limpia tus manos antes de manipular la montura: los restos de grasa, suciedad o bacterias se pueden adherir a las lentes.
- Utiliza agua tibia a poca presión y jabón neutro: que el jabón sea neutro es de suma importancia, ya que los productos químicos pueden dañar la montura y los cristales.
- Limpia más enérgicamente la zona de las varillas que va detrás de las orejas, el puente de la nariz y las bisagras que unen las varillas con los cristales, ya que son las zonas donde más grasa y suciedad se acumula al estar en contacto con la piel.
- El secado: recomendamos un paño fino de algodón, ya que la tela puede rayar la lente. Además es muy importante que las sequemos bien ya que los tornillos o las bisagras de la montura pueden llegar a oxidarse si no lo hacemos correctamente.
En el caso de que no dispongas de tiempo o jabón neutro, también puedes limpiar tu montura ayudándote de una gamuza. Es el material más adecuado para la limpieza de tus lentes, ya que no produce raspados o rayaduras.
También te aconsejamos que a la hora de limpiar tu montura, siempre sostengas la gafa por el aro del lado del cristal que estés limpiando, y no del contrario, ya que puede deformar la montura o romperla. Tampoco sujetes la gafa por la parte de las varillas, ya que de esta manera se ejercería tensión sobre las bisagras, que son la parte más frágil de las gafas.
Otra recomendación muy importante es que al quitarte las gafas siempre uses las dos manos al mismo tiempo, así no deformarás las varillas ni aflojarás los tornillos.
Otros cuidados importantes
- Usa cordones: Si necesitas estar quitándote y poniéndote las gafas continuamente, como puede ocurrir por ejemplo en el caso de las gafas de sol, utiliza un cordón para sostenerlas. De esta manera evitarás ponerlas encima de la cabeza y deformarlas.
- No dejes nunca las gafas cerca de una fuente de calor o a pleno sol. Las altas temperaturas dilatan y deforman las monturas, en especial las de pasta.
- Utiliza una funda para guardar tus gafas: olvídate de dejar las gafas apoyadas sobre la mesa u otra superficie. Siempre que no las estés utilizando las gafas deberían estar guardadas en su correspondiente estuche o funda, a ser posible rígido. Las fundas flexibles o hechas de tela no protegen las gafas ante posibles caídas.
Lleva tus gafas a la óptica si necesitas ajustar la montura: es normal que la montura con el paso del tiempo se afloje o se desajuste, sobre todo si no sigues las recomendaciones anteriores. En este caso lo mejor es que la lleves a la óptica para que un óptico optometrista pueda revisarla y ajustarla y nunca hacerlo por tu cuenta. Según un óptico, este reajuste debería hacerse cada 6 meses, de esta manera prevendrás cualquier daño que pueda sufrir la montura y mantenerla en perfecto estado.
¡Disfruta de tus gafas y cuídalas mucho!