Consejos para proteger tus ojos del sol en verano
Cuando llega el verano, nuestros ojos están expuestos a más riesgos, por lo que debemos protegerlos para evitar problemas oculares a largo plazo. A continuación os damos unos consejos para proteger vuestra visión este verano.
5 consejos para cuidar tus ojos en verano
- Protección ocular en piscinas
Las piscinas son una de las causas principales de irritaciones oculares y conjuntivitis veraniegas debido a la cloramina del agua. Recomendamos utilizar gafas de natación o buceo para evitar infecciones o irritaciones oculares en piscinas, sobre todo si son públicas.
Si se usan lentillas, más razón aún para utilizar protección bajo el agua ya que se incrementa el riesgo de infecciones. No es recomendable utilizar lentes de contacto para bañarse en piscinas, actualmente existe la posibilidad de usar gafas de natación graduadas.
- Evita llevar lentes de contacto
Los ópticos no recomiendan usar lentes de contacto cuando vayas a ir a la piscina o a la playa, ya que el sol, la arena, el cloro, el agua y el sudor pude provocar fuertes irritaciones en el ojo que puede desembocar en posteriores lesiones.
- Evitar el aire acondicionado
En verano, con el uso del aire acondicionado, sumado al uso continuo de los dispositivos digitales, nuestros ojos se irritan, se ponen rojos y se secan. Para evitar esto, recomendamos un uso mínimo imprescindible del aire acondicionado, gafas con antirreflejante especial para pantallas (como nuestro filtro iBlue incluido en nuestras Tarifas Planas), parpadear frecuentemente para evitar la molesta sequedad ocular, y también es recomendable utilizar lágrima artificial (no colirios), para mantener los ojos hidratados. Aquí puedes encontrar más información sobre el ojo seco.
- Suero fisiológico para las alergias
Si se tiene alergia en primavera y verano, es imprescindible utilizar gafas de sol y realizar continuos baños oculares con suero fisiológico. Es importante no frotarse los ojos. Para que tus vacaciones sean tan perfectas como mereces y esperas, protege tanto tu piel, como tu alimentación y tus ojos. Encuentra aquí más información sobre los tratamientos de la conjuntivitis.
- Usar gafas de sol
Al igual que protegemos nuestra piel con cremas, igual de importante es proteger nuestros ojos con unas gafas de sol adquiridas en una óptica, lentes de calidad que bloqueen el máximo de rayos UV posible, si son gafas polarizadas mucho mejor, también indispensables para conducir. Aquí puedes encontrar una guía rápida para comprar gafas de sol como un profesional.
Además, recomendamos evitar la exposición al sol de 12h a 17h y añadir una gorra o visera para atenuar la exposición a la luz. Aquí puedes encontrar otro blog sobre cómo dañan las radiaciones solares a nuestros ojos.
Consejos para cuidar tus ojos en la piscina
Ya está aquí el verano, y con ella inauguramos la temporada de piscina. Pero no todo son divertidos baños y siestas al sol, también llega el enrojecimiento y el picor de ojos. Generalmente se culpa al cloro, pero hoy vamos a desvelar la verdadera culpable: la cloramina, un compuesto químico que se usa como desinfectante en piscinas pero que también se origina espontáneamente en ellas por la combinación del cloro con el amoniaco procedente de la orina y sudor en el agua.
Cuanto más tiempo expongamos nuestros ojos a este compuesto, más probabilidades tendremos de sufrir alguna patología oftalmológica. Al enrojecimiento de ojos se pueden añadir irritación de la piel y dificultades respiratorias.
Desde gafas.es recomendamos, además de no estar en contacto con este compuesto un tiempo excesivo, tomar medidas que minimicen los efectos de la cloramina: utilizar gafas de natación y ducharse antes y después del baño en piscinas. Además, os recordamos que en piscinas cubiertas hay más concentración de este perjudicial compuesto. También la falta de higiene de algunos bañistas puede acarrear el aumento de cloramina en el agua, por la reacción del cloro libre con sustancias orgánicas.
¿Cómo identificar el exceso de cloramina en la piscina?
Tenemos dos formas de averiguarlo, una cuando los efectos ya son visibles en nuestros ojos rojos, y otra por ese olor tan característico que siempre relacionamos con las piscinas, como a desinfectante, pero que en realidad es la mezcla de orín y cloro, tal y como se recoge en multitud de análisis realizados.
El exceso de cloraminas disminuye la presencia de cloro libre, cuyo poder desinfectante es muy superior al de la cloramina, por lo que la cantidad de gérmenes en la piscina se incrementa. Si vamos a una piscina y huele demasiado fuerte, mejor dejemos el baño para otro día y demos prioridad al agua del mar.